Mes: abril 2020

Memorias de un confinado: prolegómenos

El confinamiento agota y mucho tras más de tres semanas encerrados en nuestra casa con motivo del maldito Coronavirus, especialmente lo padecemos todas las personas que estamos acostumbradas a estar fuera de casa a unas determinadas horas. En unas ocasiones a consecuencia del trabajo y los que lo tienen, porque no todo el mundo cuenta con esa la posibilidad en otras por las diversas actividades extra laborales o lúdicas que hacemos en unas horas concretas.

Unos, por ejemplo, tienen el ‘mono del gimnasio’, el primero quien escribe estas líneas, otros buscan desconectar de sus quehaceres paseando por el monte. Tampoco faltan aquellos que con asiduidad acuden a bares para reunirse con sus amistades o simplemente los fans del paseíto matutino o de nocturnidad. Todos los casos que he mencionado, tenemos un punto en común, el estrés y el agobio de no poder salir cuando siempre contábamos con una hoja de ruta de la cual estábamos en mayor o en menor medida satisfechos para escaquearnos de nuestras casas porque al fin y al cabo la gente, por norma general es sociable por naturaleza.

En este mismo momento, siento envidia sana o enfermiza según el día y la hora para que nos vamos a engañar, de esos casos puntuales que son personas solitarias y encerradas en sus casas de manera permanente. Ya que muchos de estos, no cuentan con ese ‘mono’ de salir que tenemos los demás y claro está que, psicológicamente hablando, cuentan con muchos más recursos que el resto para permanecer tranquilos, ya que quien ama la soledad o su rutina de quedarse eternamente en su domicilio no extraña la libertad de salir a la calle.

No dudo de que habrá casos puntuales de ‘encerrados fijos’ que también tengan sus momentos de bajón a causa del confinamiento, al fin y al cabo, excepciones siempre las habrá de todo tipo, pero si preguntamos uno a uno a cada persona acostumbrada a hacer vida de ermitaño cómo es su situación desde que el Gobierno decretó el confinamiento vía Estado de Alarma, más de uno de este target lo acabará viendo como un día más en sus vidas.

‘Memorias de un confinado’ es una serie de artículos que comienzan con el primero publicado en el día de hoy en el que relataré los pensamientos que tengo y las soluciones que doy para evitar el aburrimiento y otras muchas cosas más que, a unos podrán gustar mientras que para otros mis palabras seguramente sean pura chapa de periodista que está confinado en casa y que no sabe qué otra cosa hacer para pasar sus momentos de confinamiento.

Para todos aquellos los que os habéis leído este primer artículo-memorias, mil gracias y espero que este y los próximos que vengan sean de vuestro agrado, para los que no, pues mil disculpas y gracias igualmente por tener la molestia de leeros este primer ‘capítulo’. Yo desde luego, intentaré aportar mi granito de arena tanto para mis lectores fieles (los cuales desconozco cuantos son) cómo para el medio Tribuna Libre el cual me ofreció un 7 de julio del año 2019 la posibilidad de poder colaborar con ellos tras graduarme en periodismo un mes antes.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación Tribuna Libre

Corbata roja, moral negra

Nuestro país está de luto por todas las muertes que hemos sufrido a causa de una de las mayores crisis sanitarias jamás acontecidas por culpa del coronavirus Covid-19 y de una más que posible mala gestión gubernamental. Ya son más de 23.000 muertos y lo que para unos es un número, para otros son ausencias y vacíos que ya no retornarán a la vida de sus familiares y allegados. Niños que no van a ver envejecer a sus abuelos y estos al mismo tiempo, jamás dispondrán de momentos en los que puedan ver a sus nietos: crecer, madurar, enamorarse e incluso sacarse una carrera o lograr su primer empleo y todo esto por aparecer en escena un virus tan letal como injusto y eso sin contar los otros perfiles de fallecidos que también nos han dejado, pero hago hincapié exclusivamente en el de la gente mayor porqué tienden a ser mayoría de muertes por esta causa.

Hemos pasado ya del mes y medio desde que oficialmente se decretara el Estado de Alarma y aún no se ha visto al Gobierno de España tener un simple detalle simbólico con los ciudadanos españoles, ni tan siquiera con aquellos que les han votado. ¿Cuánto votante socialista por esta falta de sensibilidad acabará optando por depositar su voto en las urnas a otros partidos políticos en el momento en el que se produzcan unas nuevas elecciones generales? Seguro estoy que unos cuantos, aunque gracias le doy a los tres portavoces que en estas semanas representan a sus partidos en el Congreso de los Diputados: Pablo Casado, Santiago Abascal y Edmundo Bal por tener esa gentileza de mostrar el dolor que este Gobierno no exhibe ante el pueblo español. Gracias por tener ese gesto que nuestros gobernantes no tienen, ni por una mera estrategia propagandística para compadecerse de las víctimas y los que han perdido a alguien. Eso sí, los mismos que se ponían lacitos y corbatas negras cuando la crisis del ébola años atrás no habiendo muertes de seres humanos emanadas en España, son los mismos que renuncian a tener ese mismo aspaviento cuando contamos con una cantidad de fallecidos muchísimo mayor.

El presidente de nuestro país muy coqueto como de costumbre, saca a pasear sus corbatas rojo pasión ¿o tal vez el rojo es por el color de la sangre vertida a causa del virus? no, la respuesta correcta es que ese rojito proviene del fondo rojo del PSOE. La cadena de televisión pública no iba a ser menos con eso de no ofrecer símbolos en homenaje a los caídos por culpa del covid-19. Cero gestos de unos, cero gestos de otros, cero homenajes a los fallecidos ni tampoco a los que se matan por hacer que nuestro país pueda ser la mitad de lo que fue y que Dios sabe si algún día lo volveremos a ser, espero que sí.

Los mismos que hoy llevan la corbata roja al hemiciclo tienen la moral tan negra como el carbón y eso sin contar a aquellos que ni tan siquiera usan corbata para vender una falsa humildad ante el pueblo con palabrerías baratas mientras que por detrás viven de igual modo que a aquellos a los cuales critican. Humildad, humanidad, honor, son las tres H que pido yo a este Gobierno para que tengan la gentileza de hacer su homenaje a todos los caídos: unos por la enfermedad, otros por enfermar en acto de servicio y exclusivamente, para todos los españoles que nos estamos dejando la piel respetando cada norma impuesta por Sánchez y los suyos.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación El Diestro

Gobernabilidad dummie y tal

Nuestro gran y maravilloso país se está volviendo una república bananera, gobiernos que mienten con descaro y que a la vez piensan que los españoles no sabemos discernir entre lo que es información negativa sobre un partido político de lo que es un bulo o entre una indirecta de un integrante de las Fuerzas de Seguridad del Estado y un lapsus linguae. Este plantel dirigido por Sánchez, uno a uno, cada vez que habla sube el pan, porque menos apelar al mea culpa como lo hizo días atrás el presidente francés Emmanuel Macron en nombre de su administración, es capaz de cargar con todos sus errores a todo pichichi que no piense como ellos. En unas ocasiones utilizando las plataformas poco arbitrarias como elemento censor tal cual hacía Franco mediante el NO-DO y en otras, negando la mayor y, hablando del dictador, esta vez no ha salido a la palestra su nombre porque está enterrado y ya no vende que sino, ahí tendríamos a los diferentes políticos y voceros afines a este Gobierno Social Comunista en todas las televisiones ‘compradas’ citándole con ahínco, descaro y desfase como si no hubiera un mañana.

A todo esto, hay que sumarle varios asuntos que han surgido esta semana por parte de este Gobierno, el primero a mi parecer es entre chistoso y bochornoso a partes iguales. Trata sobre una información de la que se han hecho eco diversos medios de comunicación de todo tipo de líneas editoriales: los famosos perfiles falsos que interactúan con ‘me gustas’ o ‘me encantas’ en la página oficial del ‘Ministerio de Sanidad’ y que probablemente también existan por otras tipos de plataformas para que realicen las mismas funciones. Pues bien, ahora resulta que estos señores que nos dirigen, según ellos, están siendo víctimas de una serie de perfiles de este tipo que precisamente interactúan en su favor. ¿Vosotros os creéis que los españoles nos chupamos el dedo? Por suerte o por desgracia, somos muchos los que pensamos con la cabeza y no tiramos de fanatismo para defender lo indefendible. Hay en este momento una frase que encontré hace semanas sobre el partido que lidera la gobernabilidad de España que la verdad, mejor no me puede representar y es la siguiente: “yo critico al Gobierno, no por ser PSOE sino por su gestión mientras que otros lo defienden, pero no por su gestión sino por ser PSOE” y añado a esto que, por menos se embistió a Rajoy y se produjeron diversas concentraciones tachándole de lo peor.

El segundo asunto por su parte viene con relación a que el equipo dirigido por Sánchez finalmente sí que permitirá que los niños menores de 14 años puedan dar pequeños paseos con alguno de los progenitores y no la barbaridad inicial sobre ellos en las que éstos solo podían salir para acompañar a los padres a actividades toleradas para adultos. Dicho queda con esto que alguien tiene que haber con un mínimo de lucidez y sentido común dentro del partido para que hayan hecho recapacitar a estos ministros y presidente que precisamente no son muy expertos en acertar y sí en errar. Eso sí, se olvidan de que los adolescentes entre 14 y 17 años también tienen sus necesidades como los de las edades inferiores a estas.

En definitiva, tan sólo me queda decir a Sánchez y compañía, que dejen de contar con expertos de marca blanca que por mucho que tengan una inmensa mayoría de ellos teóricamente una amplia formación, en la práctica a muchos de estos, les queda muy grandes eso de permanecer en el barco del Gobierno y, por lo tanto, para los intereses de España y los españoles. Necesitamos para liderar este barco mayor competencia dentro de esta ejecutiva y además más autocrítica de aquellos mismos que no admiten los errores propios y que tan sólo saben apelar al famoso ‘y tú más’ y sinceramente cuando han muerto a causa de una pandemia llamada Coronavirus más de 21.000 españoles esa misma frase no se debe utilizar primero por respeto a los fallecidos y a sus familiares y segundo, por cada español que se está sacrificando. Unos desde sus casas obedeciendo las órdenes de las instituciones nacionales y otros, desde sus profesiones esenciales en las que están arriesgando su salud por el bien de lo común, España.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación El Diestro

La Cultura sin talento no es cultura

Los egoístas y ególatras de la cultura, en periodos de Coronavirus vuelven a pedir ayudas para su gremio creyéndose que su trabajo es esencial, cómo si actuar fuera algo de primera necesidad tal cual lo es la sanidad o el abastecimiento de alimentos, ¡qué comparación! ¿verdad? Lógicamente, no voy a pasar por el mismo rasero a todos los de ese trabajo, puesto que los hay que en vez de dar el cante apelando a la falsa humildad y al blablá donan y no se meten en terrenos pantanosos y demagogos, en los que la política aparece en escena. Entre los que ‘salvo’ de esta quema, están gente como Ernesto Sevilla que en el pasado mes de marzo llegó a donar la cantidad de 10.000 euros al Hospital de Albacete para hacer frente al Coronavirus y que, por cierto, como anécdota sobre este buen actor y mejor persona, contaré que tuve la posibilidad en el año 2016 de hacerme una foto con él tras la conclusión del evento organizado por JA! Bilbao, con motivo del VII Festival Internacional de Literatura y arte con Humor. Sevilla me pareció un gran tipo y no un flipado como muchos de los que podemos encontrar en esta su profesión.

La verdad que siempre he sido crítico con la demagogia del mundo de la Cultura, de hecho, meses atrás hice varios artículos en diversos medios en los que criticaba el descaro y la desfachatez de los jetas que piden que se subvencione a este sindicato porque veo que están más a expensas de lograr las ayudas, que de mejorar sus talentos y producciones audiovisuales. El gran actor asturiano Arturo Fernández que en paz descanse, NUNCA necesitó de las subvenciones para llenar un teatro ¿y por qué? Muy fácil, porque era: grande, querido, humilde y la gente lo seguía: en primer lugar, porqué el asturiano fue uno de los mejores actores que tuvimos en el Siglo XX y parte del XXI y, en segundo lugar, por su generosidad y elegancia dentro y fuera de los escenarios.

El buen actor o director, siempre he dicho ,que no tiene la necesidad de ‘llorar’ por subvenciones puesto que la gente no es idiota y acude a dónde hay calidad, unas veces brilla el ser humano y otras el colectivo a consecuencia de la argumentación del proyecto y cuando ambas partes cumplen las expectativas con nota sobresaliente, el público es generoso con la Cultura pero claro, cuando dentro del gremio y el espectáculo encontramos una gran cantidad de mediocres y producciones de similar categoría, lo normal es pedir a ‘papá Estado’ (mediante los impuestos que pagamos los ciudadanos) que mantenga el chiringuito y de no ser así, las críticas al Gobierno de turno estarán ahí y claro, la actual ejecutiva sabe que tienen dos corporaciones potencialmente importantes para sus intereses políticos: el de la Cultura y el Feminista y a esos dos, no puede decirles que no porque entonces, se cae el castillo de naipes que han creado año tras año todo este tiempo hasta que han llegado al poder.

La Cultura sin talento ni arte no es cultura y por ese motivo, creo que a estos señores que piden subvenciones para este gremio, lo que hay que decirles es que, si no llegan a fin de mes con sus respectivas profesiones de origen, lo que deben hacer es cambiar de profesión para poder ‘vivir de su trabajo’ y a su vez, exigirles a ellos que sean sensatos consigo mismos. Cuando eres actor o director y no logras seducir a tu público objetivo que es el espectador, mala señal y la culpa no es la falta de subvenciones sino la ausencia de talento en los espectáculos o proyectos. Son muchas las personas que han estudiado una cosa y que desgraciadamente o por qué no valían para ejercer profesionalmente de lo estudiado o a consecuencia de no contar con un padrino para poder ejercer, se han visto abocados a no lograr su sueño de dedicarse a lo que se habían formado. A todos estos posibles subvencionados les haría la siguiente pregunta:

¿Si este tipo de target tuvieron que asimilar fatídicamente que no podían ejercer de lo que habían estudiado y tienen un título que les acredita como profesionales, quiénes sois vosotros señores ‘culturetas’ para no confrontar la realidad de que no poseéis el talento necesario para poder vivir holgadamente de la profesión que estáis desempeñando?

Como bien manifestaba en una canción Alejandro Sanz, un grandísimo artista, por cierto, “no es lo mismo arte que hartar” y el arte, nos encanta a la gente de la calle, pero los subvencionados por este gremio lo que nos provoca a muchísimos de los que consumimos ‘Cultura’ es hartazgo y a todos estos posibles ejemplares lo que me queda por decirles es, id a la cola, que el dinero de las posibles subvenciones lo necesitan otros sectores más importantes que el vuestro.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación El Diestro

De periodista a periodista

Querido compañero periodista de la voz en off que seguramente seas vocero de profesión. Hace unos días en una rueda de prensa concedida por el Gobierno de España en la Moncloa, gracias a o por culpa de un micrófono abierto, según se mire, salió a relucir el clasismo y la soberbia que existe dentro de esta profesión llamada periodismo. En la susodicha, lo mismo encuentras a gente honrada, humilde y noble que realizan bien sus funciones de informar a la ciudadanía y de tratar a todo el mundo con cordialidad y respeto independientemente de su condición o profesión, que a estúpidos y prepotentes como tú que miran por encima del hombro a los demás por su nivel de estudios, cómo si ser licenciado o graduado en periodismo u otra profesión fuese ser un Dios frente al que carece de ellos.

Yo no tengo la culpa de que usted no tenga estudios y se haya tenido que meter a policía” – fueron tus repugnantes palabras que precisamente apuntaban de manera hiriente hacia una persona de un determinado gremio que merece todo el respeto del mundo y con mayor motivo, en este período en el que desgraciadamente estamos inmersos en España por el famoso Coronavirus COVID-19, una enfermedad que ya ha matado a unas 15.000 personas y que dentro de los fallecidos por este bicho, podemos encontrar también distintos profesionales vinculados con el mundo de las Fuerzas de Seguridad del Estado, motivo suficiente para que tú y la gente que piense como tú no ataquen a este tipo de personas.

Compañero ‘plumilla’ sin escrúpulos, para tu información, muchos de los integrantes de las Fuerzas de Seguridad son políglotas y cuentan en su haber con formación académica. Los hay que son compañeros periodistas como tú y yo, también licenciados o graduados en derecho, psicólogos, incluso arquitectos o del mundo de la medicina pero aunque así el individuo en cuestión careciese de estudios, ¿Quién te crees que eres para denigrar de esta forma a una persona que deja su casa y a su familia para velar por nosotros y los nuestros? ¿Quién te crees que eres para hablar así de alguien que puede el día de mañana (Dios no lo quiera) contraer la enfermedad por proteger a gentuza como tú que reniega o menosprecia a alguien de su maravillosa profesión?

Tenemos que poner en un altar a: Policías, Guardias Civiles, Ertzainas, Mossos de Escuadra y otros profesionales relacionados con las fuerzas de la ley porque MERECEN EL TODO por mirar por nosotros y que para tu información, ellos deben ser venerados al igual que te digo, que algunos compañeros periodistas, merecerían recibir el número 13 en sus vidas por no ejercer nuestra profesión de manera transparente y objetiva pero eso ya es otro cantar porque como bien se sabe, los intereses en el periodismo están ahí y son muy pocos los que tienen los suficientes bemoles para decir las cosas por su nombre, porque lo fácil en esta vida es ser vocero y no periodista.

En definitiva ‘periodistucho’ del tres al cuarto, si tienes un mínimo de dignidad, pide perdón públicamente por tus palabras desafortunadas, da la cara y aprende una lección que te da la vida en cualquier profesión que desempeñes, la de que todos tenemos que respetar al de enfrente para poder ser respetados ya seamos personas con o sin estudios, periodistas de profesión o ciudadanos de a pie porque todos tenemos algo en común, somos humanos y eso nos hace a todos ser GRANDES Y MARAVILLOSOS.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación El Diestro

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