Mes: mayo 2020

Memorias de un confinado: la sociabilidad virtual

Si algo está provocando este ‘confinamiento’ (ya no lo estamos tanto, pero lo seguiré catalogando así por el título principal de mi espacio de ‘memorias’) es que las redes sociales se vuelvan algo esencial para poder sociabilizarnos. Los videojuegos y los paseos en soledad con o sin mascota, con o sin Spotify están bien pero el ser humano, tiene la necesidad imperiosa de relacionarse porque a consecuencia de esta capacidad contamos con una serie de vivencias: sentimentales, amorosas o erótico-festivas que marcarán por siempre nuestro ciclo vital.

Las redes sociales hacen que el contacto físico que no podemos tener en la actualidad, debido al motivo antes mencionado, lo alcancemos de manera virtual para poder entablar conversaciones de carácter privado o profesional, ya sea con gente que conocemos personalmente o no, todo depende del desparpajo de cada uno. En mi caso, ha sido un popurrí de situaciones, aunque las que han predominado y predominan tienen que ver con las concernientes con el ámbito ‘profesional’: entablar charlas y más charlas relacionadas con el mundo de la política con gente de todo tipo, tratar con diversos directores de medios para que me publiquen mis escritos en sus medios digitales y también sacando tiempo para administrar el grupo de Facebook que creé hace unos años cuyo nombre es Minuto Crucial.

Las charlas habitualmente son: con otros periodistas, con gente vinculada al mundo de la política, (¿Qué raro no?) y en menor medida, con las amistades que realmente considero amistades en mayúsculas ya vivan cerca o lejos, por lo demás, tengo que confesaros que en este periodo de confinamiento me he vuelto pasota por antonomasia. La sociabilidad, aunque la considere necesaria esta etapa del confinamiento que te hace pasar del blanco al negro de manera tan radical hace que te vuelvas entre más antisocial por la falta de conversación ‘face to face’ y cuando digo ‘face’ digo cara en inglés, no fase de Facebook ¡qué nos conocemos!

Como ejemplo de charlas políticas voy a citar a Alfonso Aznar, un amigo que tengo en Facebook que es a su vez miembro del Consejo Político de UPyD y al que me encanta comentar sus posts siempre que puedo. Sus publicaciones en esa red social suelen ser entre ‘cañeras’ y ‘plagadas de sentido del humor’ y cuando no, son una amalgama de ambas. Por ‘privado’ me encanta debatir con él sobre temas políticos puesto que, aunque sea un hombre muy perseverante es alguien con el que se puede hablar y que al mismo tiempo no demoniza a los partidos por lo que dicen los medios de comunicación o de los que siguen la línea que marque el partido al que pertenece, todo lo contrario, se muestra racional en cada momento en el que se posiciona sobre un determinado tema, algo que no podría decirse de muchas de las personalidades que pertenecen al ‘gremio’ de la política ya que en la gran mayoría de los casos: si eres de ‘X’ partido e ‘Y’ es el enemigo de ‘X’, estos acaban insultando a ‘Y’ para contentar a otros ‘X’ como él, para así avanzar en la escala política.

De este ‘gremio’ los he conocido unos cuantos, y la verdad que mi querido ‘Mr Ansar’ como así le llamo cariñosamente, no es de esos y seguramente por esa razón, en estos meses de amistad que llevamos vía redes, le haya cogido tanto cariño porque como él no hay dos. La política de cháchara con hombres como ‘Ansar’ se me hace más llevadera puesto que siempre que cotilleo sus posts la sonrisa me sale automáticamente y cuando él activa su modo emoticono de ‘cara sudorosa’ ya la carcajada se puede escuchar en su Madrid natal. Personalmente tengo que decir que más políticos como él tendría que haber en nuestro país, seguro que nos iría mejor.

Sin lugar a duda, la sociabilidad virtual tiene sus pros y contras, mentiría si digo que todos son positividades, pero prefiero quedarme con las buenas anécdotas como la que os he traído en vez de narrar los oscuros que hay en ella porque para situaciones negativas ya tenemos en nuestras vidas un virus que ha matado a casi 30.000 personas. Espero que este sea uno de los últimos ‘Memorias de un confinado’ que realizo, esa será señal de que el Estado de Alarma ha finalizado.

Puedes leer el ‘Memorias de un confinado’ anterior, ‘Musiqueando with Spotify’, haciendo ‘click’ aquí.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación Tribuna Libre

CISterna Show

El Centro de Investigaciones Sociológicas, más conocido como el CIS, es aquel lugar que ha pasado de ser una corporación de prestigio al nuevo ‘chiringuito’ al más puro estilo del Club de la Comedia. Cada vez que se me viene a la mente este centro, provoca en mí dos tipos de emociones contrariamente opuestas. La primera tiene que ver con una cualidad positiva mientras que la segunda es para alarmarse y cagarse en todo lo que se menea.

Lo positivo que da este CIS tiene que ver con algo muy sui generis, el mayor chiste gracioso jamás contado y es que es normal, a consecuencia de que últimamente los ‘buenos’ profesionales que trabajan en este lugar no aciertan ni aquello más evidenciable. Si tuviese que apostar entre si hay más posibilidades de que acierte un vaticinio una vidente fumada en trance o el propio CIS, todos mis ahorros irían a parar a la vidente fumada, sin lugar a dudas. La parte negativa como bien digo es la más preocupante y de juzgado de guardia, ya que algo sufragado con dinero público tiene la obligación moral de ofrecer unas prestaciones de calidad e imparcialidad al servicio de los españoles, cosa que hoy en día los hechos brillan por su ausencia y que mucho menos tenga la intención de hacerlo nunca con este Gobierno. ¿Por qué será que este CIS de Tezanos siempre sopla hacia el mismo lado, la izquierda por siempre en vez de ser una herramienta 100% arbitraria que nos informe sobre las dudas, los miedos y las ilusiones de los españoles? Este Centro de Investigaciones Sociológicas es más zurdo que Barack Obama y Bill Clinton juntos y ya es decir. Las cocinitas siempre favorecen al mismo: a Sánchez y sus benefactores.

Hablando del CIS y sus herramientas, hace menos de una semana, las últimas encuestas apuntaban como claro ganador al PSOE con un 31 % de los votos en el hipotético caso de haber en nuestro país unas nuevas elecciones generales. Si es que da igual lo que suceda en España; el Coronavirus, los ERTES, las quejas y denuncias de los sanitarios o las Fuerzas de Seguridad del Estado ambas por falta de material por sus respectivos trabajos o de la multitud de caceroladas que se están realizando en los distintos puntos de nuestro país, todo da igual a Sánchez le ponen ganador de todo, si es que no hay mejor Sancho Panza para Sánchez que el presidente del CIS, escudero dónde los haya, así cualquiera puede sentirse Don Quijote de la Mancha sin miedo a nada. Otro de los apuntes llamativos que han dado las últimas encuestas tienen que ver con el ranking de los líderes mejor valorados. El primero es Sánchez (¿Qué raro no?) y la segunda Inés Arrimadas qué casualmente le ha dado su apoyo al Gobierno social comunista para prorrogar otros 15 días más el Estado de Alarma. ¿Casualidad o causalidad? ¡Hagan sus apuestas!

En definitiva, señores del CIS & Tezanos, os pido desde aquí mayor seriedad porque, aunque con otros partidos políticos años atrás sucediesen triquiñuelas varias, lo vuestro es muy pero que muy descarado, hasta tal punto que hasta periodistas de izquierdas os están dando toques de atención para asegurar que vuestras encuestas tienen 0% de asertividad y si eso lo piensan ‘los voceros’ imaginaos lo que pensamos el resto. Quiero un CIS menos partidista por el bien de los españoles y que no sea el CISterna Show con el que contamos ahora porque todos nos merecemos que esta corporación vuelva a ser al menos la mitad de lo prestigiosa y seria de lo que fue.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación El Diestro

Memorias de un confinado: musiqueando with Spotify

Bueno, ahora que aquí tenemos la oportunidad de poder salir de nuestro domicilio habitual en unas horas preestablecidas con motivo de la desescalada decretada por el Gobierno, voy a abordar en este ‘Memorias de un confinado’ un tema que es a su vez, un hobby particular que tengo y el que os invito a realizar durante estos días: escuchar música mediante el Spotify, que para quien no lo sepa se trata de una plataforma que sirve para reproducir las canciones de nuestros grupos y/o artistas favoritos.

La música es uno de los hobbies más sanos que existe y al mismo tiempo como dice el dicho, amansa a las fieras.  Siempre he escuchado muchos estilos musicales, pero al mismo tiempo siempre me identificaba con uno concreto, el rap. Lo bueno que tiene este género es que te sirve para transmitir todo tipo de sentimientos y/o estados anímicos en general; amor, dolor, odio, soledad y nostalgia entre otros y hablando de sentir, en mi época de adolescente hice mis pinitos creando mis propias composiciones raperas por todo lo que me transmitía esta tipología musical y aunque ahora haya cambiado algunos ‘hábitos’ o ‘manías personales’ que tenía antaño, en la actualidad contando en mi DNI con la edad de Jesucristo, aún me sigo identificando con esta música aunque hoy en día tan sólo me dedique a escucharla.

Volviendo al Spotify, para los que no lo tengáis en vuestros móviles u ordenadores os recomiendo esta aplicación encarecidamente. Es un gran invento que en estos momentos sirve para compaginar con las escapadas temporales que podamos hacer en este periodo de Estado de Alarma. No hay nada mejor que salir a la calle y al mismo tiempo ponernos un poquito de nuestra música favorita dentro de las horitas que se nos permite salir al exterior. Lo bueno de esta plataforma está en que te ahorra el proceso de ir poniendo y quitando canciones como así teníamos que hacer con los mp3 o mp4 de turno, el mp5 como ni tan siquiera llegó a mi vida, ni lo contabilizo como artilugio existente.

Además, el Spotify, es también una aplicación interesante para los estudiantes. Aún recuerdo horas antes de hacer un examen el cómo acudía a un lugar apartado del campus de la UPV/EHU de Leioa para poder concentrarme y por ende para estudiar. El sitio era amplio; con mucha vegetación y también árboles, aunque en menor cuantía y en la lejanía del paisaje, se podía apreciar agua, desconozco si era un lago o un río, pero lo que sí que puedo afirmar con rotundidad es que era un sitio confortable para pasar momentos de relax, incluso para reflexionar o desconectar, también válido para echarte una buena siestecita, si así uno lo considerase oportuno. El paisaje en conjunto con la música hacía de ese idílico lugar el paraíso de la tranquilidad.

Concretamente, dentro de ese espacio me encantaba ubicarme debajo de un árbol al cual lo ‘bauticé’ como el ‘árbol de la vida’, el motivo de este apelativo es que era uno de los árboles que más destacaba, al menos desde mi campo de visión y que por ende me servía para anexionarme con la naturaleza. Además, como anécdota tengo que añadir que en los alrededores de ese mismo paraje era justo dónde me tumbaba para mis momentos de relax, al que acudía para estudiar horas antes de un examen.

En definitiva, he de confesar que ese sitio se volvió mi bunker particular desde que comencé el tercer año de carrera, una época que provocó un antes y un después en mi vida estudiantil tras llegar a ‘descubrir’ de pura casualidad ese maravilloso lugar.

Puedes leer el ‘Memorias de un confinado’ anterior, ‘Gamer por casualidad’, haciendo ‘click’ aquí.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación Tribuna Libre

VOX-WOMEN: mujeres de bandera

Cada día que pasa, más me fascinan las diputadas de VOX en el Congreso de los Diputados. Son sencillas y a la vez grandiosas, nobles y al mismo tiempo contestonas con arte y especialmente les da absolutamente igual lo que la progresía piense de ellas. Sus principios y los que defiende la formación a la que representan están por encima de todo. Habrá cosas en las que pueda discrepar con cada una de ellas y con el partido en general, es obvio, puesto que soy el primero que digo abiertamente que no todo lo que promueve VOX me convence, pero sí que considero que las mujeres pertenecientes a esta formación política son merecedoras de una serie de elogios por el gran valor y entereza que demuestran en todo momento en el que salen a la palestra en cada comparecencia o acto político que realizan.

Macarena Olona, María Ruiz, Carla Toscano, Rocío de Meer, podría decir muchísimos más nombres si juntamos a las otras tantas que hay dentro del partido tanto en el Congreso de los Diputados cómo fuera de él en otro tipo de consistorios o pequeñas delegaciones ‘dando guerra’ para que se oiga su voz. Tanto las unas como las otras, son el mejor ejemplo de lo que es ser una mujer y política de bandera además de un orgullo para España.

Me encantan este tipo de féminas luchadoras que no venden el victimismo de su sexo ni apelan a una falsa igualdad que discrimina al hombre u otros colectivos mediante las situaciones ‘correctas’. Para unos, serán consideradas con etiquetas despectivas o directamente de extrema derecha por sus declaraciones y planteamientos políticos, para otros sin embargo nos reflejan la admiración personificada de lo que es ser una mujer en mayúsculas por la casta, el pundonor y los ovarios que le echan cada vez que tienen que alzar la voz por España y los españoles. Prefiero a una como ellas gobernándonos al Sánchez o Iglesias de turno, eso desde luego. Este tipo de mujeres, creo que son el feminismo que habría que venerar y fomentar, el que más se acerca al que promovían Concepción Arenal o Emilia Pardo Bazán y no el que nos venden la portavoza Lastra o la ministra de la (DES)Igualdad Montero. La dirigente política de VOX cuenta con una gran formación académica y un currículo de hacerse notar, a las pruebas me remito citando de nuevo a Macarena Olona la cual fue Abogada Jefe del Estado en el País Vasco entre los años 2013 y 2018, algo que no es moco de pavo y de lo que muy pocas PERSONAS pueden presumir.

Además, dentro de todo lo positivo que han aportado y aportan las mujeres de VOX lo podemos encontrar entre las propias del mal llamado sexo débil ya que han logrado que otras de su mismo género se sientan orgullosas de tener una serie de convicciones y de ideas políticas las cuales antaño les daba reparo admitir de cara al público por miedo a todo tipo de represalias y como bien digo, todo este camino lo han allanado las diputadas de VOX cada una desde su parcela. Lo dicho, VOX WOMEN, seguid así, porque poco a poco con vuestra voz y vuestra palabra, siempre y cuando sigáis siendo sensatas y fieles a vuestros principios y a lo que se considere lo justo, convenceréis a cada votante dubitativo que haya y a su vez lograréis mantener al votante fiel porque recordad: el votante de VOX no es facha sino patriota con un inmenso amor a España.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación El Diestro

Memorias de un confinado: gamer por casualidad

El confinamiento ha servido para que rememore momentos pasados de mi niñez y adolescencia en los que ostentaba una vinculación especial con el mundo de los videojuegos. La primera etapa se produjo en mi vida a los 8 años y por medio del título Street Fighter, el típico juego de lucha que arrasaba entre finales de los años 80 y principios de los 90 en España y que lo podíamos encontrar en muchas de las máquinas recreativas frecuentadas en los bares existentes en nuestro país por aquel entonces. Todo un juegazo que aún lo recuerdo como si fuera ayer y que cómo anécdota os relato que a la cuarta me lo pasé eligiendo de personaje al karateka Ryu y que como desenlace del juego había que luchar contra el capitán Mr.Byson. Cada combate, me creaba un cúmulo de estados que me hacían adentrarme en cada batalla, ya que las luchas eran al mejor de tres ‘rounds’ y no contra todos era un camino de rosas.

En unas ocasiones, la dificultad dependía de si jugaba contra la computadora o el número de nivel en el que estaba esta en ese momento dentro del juego y en otras, dependía de según la destreza que tenía la persona contra la que jugaba. Mis victorias en el Street Fighter no siempre eran tan contundentes, de hecho, alguna de ellas he de reconocer (las muy pocas) que las ganaba o por fuera de tiempo o contando con una raya milimétrica de vida. En resumen, este juego era a mi juicio, de lo mejorcito de la época y con el que te podías enganchar con gran facilidad.

Por su parte, la segunda etapa en la que coqueteé con el mundo de los videojuegos fue en mi adolescencia y con la aparición estelar de la consola PSX o lo que es lo mismo, la primera Playstation que aterrizó en España de la mano de Sony. Aunque surgió en nuestro país a finales de los 90, yo no pude disfrutarla hasta el año 2000, pero cuando comencé a jugar las primeras veces con ella, el ‘mono’ por esta máquina se volvió adictivo tanto como lo podía ser un cigarro para una persona fumadora.

Hubo dos sagas de videojuegos que me marcaron especialmente: la primera el Broken Sword y la segunda la de Tomb Raider que tenía como protagonista a la aventurera Lara Croft. Este último, poseía una gran cantidad de títulos tanto para la PSX como para las consolas posteriores que llegaron a nuestra vida con el devenir de los años. Incluso en la actualidad, tiene juegos para la PS4 que gustan mucho a los que los han jugado. A partir de que pasé la barrera de los 25 años de edad, mi pasión por los videojuegos comenzó a decaer y me centré exclusivamente en los temas académicos además de sentir también curiosidad por otro tipo de hobbies nada que ver con estos mundillos… hasta que apareció en escena el Coronavirus dichoso y por ende el Estado de Alarma que traería consigo el confinamiento, algo que causó en mí que buscase algún tipo de distracción para que los días no se me volvieran tan monótonos como deprimentes.

Con el aislamiento impuesto este, me planteé retomar el jugar a la consola PS4, que es precisamente la que tengo en mi casa. Dentro de los títulos que tenía en mis baldas para iniciar este tercer periodo me dispuse a comenzar por la saga de los Uncharted. De hecho, tenía en mi poder los tres primeros en un disco que, aunque fuesen de PS3 sacaron su adaptación para la PS4 y cada juego, aunque cueste creerlo, me lo pase aproximadamente a los 5 días, eso sí, metiéndole como podréis imaginar: horas y más horas con pequeños descansos cada cierto tiempo. Pero es que es normal, cuando no sales a la calle, en algo tienes que invertir tu tiempo y ¿Qué mejor que hacerlo con un viejo hobby? El protagonista de la saga es Nathan Drake y tras pasarme esos tres, me dispuse a jugar al Uncharted 4 y el 5 de esta misma saga. El 5 contaba con una particularidad, las protagonistas de la historia eran la amiga y compañera de Nathan y una de las enemigas del aventurero que estaban condenadas a entenderse para lograr sus respectivos objetivos. Desde el primero hasta el último me engancharon, los gráficos, las tramas y la argumentación, en general me resultaron los Uncharted de sobresaliente.

Tras finalizar esta saga me decanté por jugar al Spider-Man ya rondando la segunda semana casi tercera del confinamiento, pude comprobar que los gráficos que presentaba este juego eran para quitarte el hipo ya que parecía que cada vez que te colgabas o balanceabas con Spider-Man lo hacías de primera mano por el realismo que presentaba todo. Incluso uno mismo, podía sentirse un turista dentro de la historia puesto que podías visitar las diferentes zonas de la ciudad de Manhattan, era como hacer turismo desde tu propia casa. El Spider-Man fue divertido y entretenido y tardé en pasármelo unos cuantos días más que el Uncharted porqué claro, tenía una mayor jugabilidad y misiones secundarias algo que le daba más vidilla e intensidad al asunto.

Posteriormente vino el Detroit que era prácticamente como una película en el que tú decidías el futuro de los protagonistas, otro juegazo más que me enganchó por el argumento, en el que te hacían ver que los robots tenían mayor sensibilidad que los seres humanos, este le recomiendo especialmente para todos los amantes de los juegos en los que tú marcas el destino de los protagonistas de la historia.

Y el último juego al que he jugado desde que comenzó el confinamiento hasta ahora es uno que se llama The last of us, para los que les guste el miedo y la argumentación un muy buen título para tener entre nosotros, eso sí es para mayores de 18 así que… Lo más seguro es que los siguientes a los que juegue sean de la saga de Batman (tengo los 3 de la saga Arkham) y si todo sale bien, espero que sean los últimos a los que tenga que jugar ‘obligatoriamente’ a causa de este confinamiento impuesto por las circunstancias.

En definitiva, este periodo de aislamiento forzado me ha servido para redescubrir mi faceta gamer de pura casualidad, la cual tenía un poco obsoleta y que me ha hecho recordar a su vez, lo viciado que era en mi niñez y adolescencia con el tema de los videojuegos. Es más, como anécdota os recordaré que hubo un periodo puntual, que de verme tanto en las máquinas recreativas, alguno que otro con él que jugaba las mismas, me puso de sobrenombre ‘vicius’ porque no había día que después del colegio faltara con mi cita a este tipo de pasatiempo lúdico.

Puedes leer el ‘Memorias de un confinado’ anterior, ‘Prolegómenos’, haciendo ‘click’ aquí.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación Tribuna Libre

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