Desde el pasado miércoles tenemos otra prórroga más, la sexta para ser exactos un hecho que provoca que el Estado de Alarma se alargue otros quince días más hasta el 21 de junio. Según el Gobierno esta será la última, pero creo recordar si mi memoria no me falla que esta misma palabra, último o última me voy a poner inclusivo, ya se acabó citando en alguna que otra ocasión en pasadas prórrogas por parte de algún que otro integrante del Gobierno algo que denota a mi juicio la poca profesionalidad y confianza que inspira esta ejecutiva capitaneada por Pedro Sánchez. Siempre he dicho que cuando se dice “última” tiene que ser “última” de lo contrario es dar falsas esperanzas a la sociedad sabiendo que la gente está rabiosa por los diferentes asuntos que suceden dentro de nuestro país.
El Partido Socialista Obrero Español, entiendo y comprendo que se dedique a hacer el papel de defender sus ideales y acciones ante la oposición, en eso consta la política y me parece bien, pero por lo que veo carecen de autocrítica y que todos sus errores o negligencias como bien diría el ilusionista Anthony Blake son producto de nuestra imaginación cuando la realidad es otra y los datos lo avalan. Este miércoles era ver a Adriana Lastra asegurar que la oposición atizaba con odio y rencor contra el Gobierno y ponerme a hacer memoria de que precisamente esta señora ‘portavoza’ no es que sea el mejor ejemplo de pacifismo que existe dentro de la política. Anda que no hay plenos en los que ella ha sacado sapos y culebras contra los distintos integrantes de VOX o PP por no comulgar con ciertas decisiones del Gobierno.
A esto hay que sumarle que la Portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados siempre tiene el mismo discurso, tirar de feminismo y atacar al PP con VOX como si la formación de Abascal se tratase de un pitbull rabioso, cuando simplemente es un partido que dice las cosas sin medias tintas. Se puede estar de acuerdo o no con ellos, pero de ahí a catalogarlos como extrema derecha cuando simplemente son un partido de derechas sin complejo alguno. La memoria de esta señora y de los socialistas en general es nula o tal vez selectiva puesto que para atacar a VOX primero deben de mirar las declaraciones que hacen los de su propia bancada y también los integrantes de su ejecutiva más los socios y aliados de su Gobierno porque la hemeroteca es sabia y certera, aunque su memoria no lo llegue a ser.
Luego tenemos a Sánchez con su famoso “VIVA EL 8-M” y justificando que este tipo de manifestaciones se han hecho también en diversos países de la Unión Europea. Al señor presidente del Gobierno nadie tuvo la rotundidad de decirle que en el resto de Europa no se politiza el 8-M como así sucede en España y que toda la vida el 8 de marzo reflejaba el Día Internacional de la Mujer y no el día del feminismo, un acontecimiento que nos tratan de meter con calzador los socialistas y también los podemitas que provoca a su vez que muchas sean las mujeres las que ya no se sientan identificadas con este día y menos lo serán como sigan por ese camino. A este hecho hay que sumarle el factor del luto que también apareció en escena por boca de Sánchez. El dolor por la pérdida de vidas humanas considero que debe hacerse cuando a uno le nace y en el mismo instante en el que sucede una determinada tragedia. Todo lo demás lo veo puro marketing que tan solo es y será justificado por siempre y para siempre por sus hooligans. Hablando de este planteamiento, Sánchez tuvo la soberbia de asegurar que la oposición politizaba el dolor y tras esas declaraciones concluyo el artículo con la siguiente pregunta ¿Cómo puede decir eso el ‘bueno’ de Sánchez cuando el primero que lo está politizando es él y con conocimiento de causa?
Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación El Diestro
