Voy a cerrar el año 2020 con el artículo más bombardero que he hecho hasta el momento en mi corta carrera periodística. Seré muy políticamente incorrecto con un tema de actualidad, la famosa vacuna del Covid19 que tanta polémica suscita.

Desde que llegó tal ‘milagro’ que normalmente se consigue en años o incluso en décadas, contamos en nuestro país con diferentes ‘balconetis justicieros’ dispuestos a estigmatizar a todo aquel que no tenga intención de ponerse la tal citada vacuna. No sabía que vivíamos en tiempos de dictadura en la que la imposición es la seña de identidad. Pensaba que el franquismo había pasado hace al menos unos 40 años. El fascismo y el totalitarismo que podemos encontrar por redes o en la vida misma cuando tocamos ciertos temas es de traca, y más cuando lo hacemos con el asunto de la vacuna del Covid19.

Los ‘vacuneitors’ pretenden atacar a todo aquel que no tiene intenciones de ponerse la vacuna del Covid19 en este momento, ya sea la de Pfizer como la de Moderna o la china o una de las taitantas que salgan al mercado. A todos los ‘anti-vacuna’ Covid, automáticamente los catalogan de anti-vacunas, de igual manera que se estigmatiza de machistas a todo aquel que critica el feminismo supremacista o la LIVG o de fachas al que lo hace con la ideología progresista o socialcomunista.

Señores totalitario-vacuneitors, la gente que es contraria a ponerse la vacuna del Covid19 tiene motivos suficientes como para defender esa postura. Somos muchos, entre los que me incluyo, los que no nos fiamos del Gobierno de España ni tampoco de la OMS o de las farmacéuticas. Los primeros han estado mintiendo y contradiciéndose constantemente día sí día también desde que están en el Gobierno. Los segundos son partidarios de que no se ponga la vacuna obligatoria (veamos cómo cambian de opinión con el transcurso del tiempo) y de los terceros, qué decir, son los mismos que pidieron inmunidad ante las posibles sanciones legales que pudiesen tener a causa de su ‘inventito’ que tanto dinero les va a generar por hacerlo deprisa y corriendo.

Vacuneitors, tras argumentaros brevemente sobre estas tres instituciones, ¿seguís atacando a los que se niegan a ponerse tal vacuna? Seguramente la respuesta será un sí, ya que este tipo de ejemplares, destilan mucho totalitarismo por sus venas además de que ser personas que carecen de raciocinio. Estos mismos intolerantes que buscan imponernos la vacuna con calzador, son los que también dicen la frase de “quienes no se quieran vacunar hoy, si luego cogen el virus, que paguen por la vacuna”.

Si tiramos de esa lógica absurda y totalitaria, podríamos decir lo mismo en aquellos casos de fumadores que han enfermado de cáncer por fumar como carreteros a la hora de que puedan acceder a la quimioterapia o, sobre los borrachos que de abusar del alcohol, cogen un coma etílico y que a causa de este, deben ser ingresados. Incluso también podríamos señalar y estigmatizar a aquellas mujeres que abortan por el mero hecho de no querer tomar precauciones a la hora de mantener relaciones sexuales. Puestos a ser dictadores, lo seamos con todos y no solo con unos pocos.

No es por nada ‘Vacuneitors’, pero aquellos que hoy se niegan a ponerse tal vacuna os guste o no, pagan una serie de impuestos para poder tener derecho a una sanidad pública. ¿Quiénes sois vosotros para quitarles a todos ese DERECHO, por negarse a poner la vacuna del Covid en este momento? Encima muchos de los que afirman la frase que digo en el párrafo anterior, son los mismos que apoyan la inmigración ilegal y a esos les haré la siguiente pregunta: si las ONGs reciben subvenciones por parte del Gobierno para atender a ilegales con o sin Covid cuando estos no cotizan en nuestro país, ¿por qué no va a tener derecho a ponerse la vacuna del Covid en un futuro un español o un nacionalizado que paga religiosamente los impuestos en España?

Para terminar, quiero hacer un llamamiento similar al que hice el año pasado tanto para Ayuntamientos como para Gobiernos de todo tipo. Tanto que habláis de derechos humanos y de tanta pantomima. Empezad por tener miramientos por nuestras mascotas. Concretamente los perros (y seguro que otros animales también), a causa de tanto petardo o fuegos artificiales en Nochevieja, lo que podéis provocar es que estos pobres animalitos sufran un infarto que cause su muerte. Si tanto presumís de ser empáticos, ejerced esa maravillosa empatía también con nuestras mascotas.

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de opinión Minuto Crucial