Hace semanas me plantee realizar un artículo de opinión sobre el acoso y derribo que estaba sufriendo la leyenda lírica Plácido Domingo con el tema de los supuestos abusos sexuales, pero hoy ha sido el día en el que he decidido materializar esa decisión después de producirse esta semana nuevos testimonios, los cuales, al igual que los anteriores, no me los creo por los siguientes motivos:

El primero en base a que casualmente, el principio de estas denuncias públicas vino a colación de que el propio Plácido quisiese alejar de la Iglesia de la Cienciología a varios integrantes de su familia. Una Cienciología a la que de apellido podríamos catalogar de secta ya que acaban absorbiendo el cerebro y lo que no es el cerebro de las personas más vulnerables e inseguras. En segundo lugar, puesto a que se está acusando a una persona de una serie de hechos que supuestamente se produjeron hace más de treinta años. ¿Por qué venir ahora a manifestar algo así sin venir a cuento? ¿Acaso en los años 80 no existía la justicia para poder denunciar o es que hay otros tipos de intereses ocultos en estas hirientes acusaciones contra el madrileño? Y el tercer y último motivo por el que no me las creo se fundamenta en que la gran mayoría de las mujeres, casualmente todas estadounidenses, que han afirmado todas esas barbaridades contra Plácido Domingo ocultándose en el anonimato y las pocas que han dado la cara, se escudan en unas meras declaraciones sin ningún tipo de prueba fehaciente y objetiva.

Un inciso, todas las mujeres que han dado la cara manifestando que el tenor abusó de ellas, TODAS, en el presente son atractivas y las que no lo son, antaño contaban con un gran poderío físico. Por ese motivo planteo la siguiente pregunta: ¿Acaso no puede ser que exista la posibilidad de que sean ellas las que hayan intentado aprovecharse de su propio atractivo para intentar mediante malas argucias seducir al tenor madrileño y como no pudieron lograr ese ascenso al olimpo del éxito como líricas han tenido que acudir ahora a injuriar y calumniar a Plácido Domingo con el repugnante asesoramiento de la plataforma estadounidense METOO?

Eso sí, son muchas las periodistas o tertulianas las cuales creen a estas señoras por el mero hecho de unas simples declaraciones, algo que provoca que este tipo de profesionales de la información acaben saltándose la presunción de inocencia del tenor como el que no quiere la cosa. Plácido, en sus tiempos de juventud, no solo era un gran artista sino que también poseía un gran atractivo físico que sumado a su talento ha podido acarrear y seguro que ha acarreado que muchas quisiesen probar las carnes del madrileño por lo que no sería para nada descabellado que estas acusadoras, en calidad de despechadas y de perdedoras, busquen su particular venganza tras años y años de frustración y claro, como el METOO es una plataforma feminista que pretende humillar a todo hombre triunfador por el simple hecho de ser hombre y además de prestigio, blanco y en botella, leche.

El tenor madrileño es uno de los estandartes vivientes más importantes que nos queda en este país en su modalidad musical, un señor octogenario que no se merece pasar todas las barbaridades que le están haciendo estas susodichas en el ocaso de su vida, cuando más tendría que disfrutar de su profesión sin complejos de ningún tipo. Ama su trabajo por los cuatro costados, hasta tal punto que sigue dentro de sus limitaciones (ahora como barítono) ejerciendo su magnífica labor profesional llenando aún los recintos más importantes del mundo. Plácido, desde este modesto rincón, te digo que yo si te creo y que forever estaremos contigo las personas de bien que creemos en: Tu honestidad, bondad y nobleza porque fuiste grande en el pasado, lo eres en el presente y lo serás para toda la eternidad.

 

Artículo de Jonathan Turrientes recogido del medio de comunicación El Diestro